El espacio huele a una mezcla entre humo de diesel, metal caliente y barbacoa. Sí, a barbacoa.
Aunque la mayoría de la gente cree que el espacio es un vacío absoluto, sabemos que no es así . A lo largo de 13.800 millones de años, las estrellas moribundas han diseminado moléculas de hidrocarburos por todo el Universo, moléculas que son las mismas que forman el petróleo que utilizamos, el carbón que quemamos… o que conforman nuestros cuerpos.
Como es lógico, los astronautas no pueden quitarse el casco y oler el espacio de primera mano, pero hay formas indirectas de hacerlo. Cuando un astronauta realiza un paseo espacial, las moléculas quedan adheridas a los trajes y es al regresar a la nave cuando pueden notar este peculiar olor.
Los astronautas del Apollo 11 tras su primer paseo espacial aseguraron que la Luna olía a pólvora. Sin embargo todos los astronautas que hacen salidas en la Estación Espacial Internacional coinciden en el olor a metal y carne quemada.
